miércoles, 31 de diciembre de 2008

martes, 30 de diciembre de 2008

UN TESTIMONIO CRISTIANO DE LA NAVIDAD

   Domingo Calvo Dopico, colaborador de la Parroquia de Ares y vocal de la Cofradía de Jesús Nazareno y de la Soledad de Nuestra Señora,  nos da su visión cristiana de la Navidad. (Agradezco su testimonio, pues le hice improvisar al término de la misa de la tarde).

lunes, 29 de diciembre de 2008

MISA SOLEMNE EN HONOR A LA SAGRADA FAMILIA EN ARES

     Ayer domingo a las doce, celebramos la misa solemne en honor a la Sagrada Familia en Ares. En ella las familias presentes renovaron sus compromisos, y en el momento del Padrenuestro salió delante del altar una representación de diversos miembros de la familia: una persona mayor, una niña, una chica, una persona minusválida y otra con el síndrome de down, representado que independientemente como seamos o estemos, formamos una gran familia, y Dios es Padre de todos. Cantó el Coro Juvenil de Ares. A Continuación vemos el reportaje fotográfico (Fotos: Jesús López)
(El esquema de la celebración lo publicamos aquí el sábado pasado. Los materiales procedían de diferentes lugares y fueron adaptados)





domingo, 28 de diciembre de 2008

sábado, 27 de diciembre de 2008

GUIÓN LITÚRGICO DE LA MISA DE LA SAGRADA FAMILIA EN SAN JOSÉ DE ARES




DECORACIÓN FLORAL DE LA IGLESIA DE ARES

   La víspera de Nochebuena, algunos miembros del Grupo de Liturgia ayudaron al florista Luis en la decoración floral de la iglesia de Ares, para que todo estuviese preparado para la misa solemne de la Vigilia. También se colocó en lugar destacado la imagen del Niño Jesús, que después se pondría en el Portal. (Fotos: María Eugenia)

MISA DE LA VIGILIA DE NAVIDAD EN SAN JOSÉ DE ARES

    El pasado 23 de diciembre se celebró la misa de la Vigilia de Navidad en la Parroquia de san José de Ares. Presidió la celebración el párroco emérito de Marín D. Ángel Saavedra, y concelebró el sacerdote diocesano nativo de Ares D. Bernardo Mesías. El Coro Juvenil fue el encargado de la parte musical de la celebración. A su término se dio a besar la imagen del Niño Jesús, mientras se entonaban villancicos y después se colocó ésta en el Portal. (Fotos: María Eugenia)





viernes, 26 de diciembre de 2008

26 DE DICIEMBRE: FIESTA DE SAN ESTEBAN PROTOMÁRTIR



AUDIENCIA GENERAL DEL MIÉRCOLES 10 DE ENERO DE 2007 DE BENEDICTO XVI, SOBRE SAN ESTEBAN
Queridos hermanos y hermanas:
Después de las fiestas, volvemos a nuestras catequesis. Había meditado con vosotros en las figuras de los doce apóstoles y de san Pablo. Después habíamos comenzado a reflexionar en otras figuras de la Iglesia naciente. De este modo, hoy queremos detenernos en la persona de san Esteban, festejado por la Iglesia el día después de Navidad. San Esteban es el más representativo de un grupo de siete compañeros. La tradición ve en este grupo el germen del futuro ministerio de los «diáconos», si bien hay que destacar que esta denominación no está presente en el libro de los «Hechos de los Apóstoles». La importancia de Esteban, en todo caso, queda clara por el hecho de que Lucas, en este importante libro, le dedica dos capítulos enteros.
La narración de Lucas comienza constatando una subdivisión que tenía lugar dentro de la Iglesia primitiva de Jerusalén: estaba formada totalmente por cristianos de origen judío, pero entre éstos algunos eran originarios de la tierra de Israel, y eran llamados «hebreos», mientras que otros procedían de la de fe judía en el Antiguo Testamento de la diáspora de lengua griega, y eran llamados «helenistas». De este modo, comenzaba a perfilarse el problema: los más necesitados entre los helenistas, especialmente las viudas desprovistas de todo apoyo social, corrían el riesgo de ser descuidas en la asistencia de su sustento cotidiano. Para superar estas dificultades, los apóstoles, reservándose para sí mismos la oración y el ministerio de la Palabra como su tarea central, decidieron encargar a «a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría» para que cumplieran con el encargo de la asistencia (Hechos 6, 2-4), es decir, del servicio social caritativo. Con este objetivo, como escribe Lucas, por invitación de los apóstoles, los discípulos eligieron siete hombres. Tenemos sus nombres. Son: «Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquia. Los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos» (Hechos 6,5-6).
El gesto de la imposición de las manos puede tener varios significados. En el Antiguo Testamento, el gesto tiene sobre todo el significado de transmitir un encargo importante, como hizo Moisés con Josué (Cf. Números 27, 18-23), designando así a su sucesor. Siguiendo esta línea, también la Iglesia de Antioquía utilizará este gesto para enviar a Pablo y Bernabé en misión a los pueblos del mundo (Cf. Hechos 13, 3). A una análoga imposición de las manos sobre Timoteo para transmitir un encargo oficial hacen referencia las dos cartas que San Pablo le dirigió (Cf. 1 Timoteo 4, 14; 2 Timoteo 1, 6). El hecho de que se tratara de una acción importante, que había que realizar después de un discernimiento, se deduce de lo que se lee en la primera carta a Timoteo: «No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos» (5, 22). Por tanto, vemos que el gesto de la imposición de las manos se desarrolla en la línea de un signo sacramental. En el caso de Esteban y sus compañeros se trata ciertamente de la transmisión oficial, por parte de los apóstoles, de un encargo y al mismo tiempo de la imploración de una gracia para ejercerlo.
Lo más importante es que, además de los servicios caritativos, Esteban desempeña también una tarea de evangelización entre sus compatriotas, los así llamados «helenistas». Lucas, de hecho, insiste en el hecho de que él, «lleno de gracia y de poder» (Hechos 6, 8), presenta en el nombre de Jesús una nueva interpretación de Moisés y de la misma Ley de Dios, relee el Antiguo Testamento a la luz del anuncio de la muerte y de la resurrección de Jesús. Esta relectura del Antiguo Testamento, relectura cristológica, provoca las reacciones de los judíos que interpretan sus palabras como una blasfemia (Cf. Hechos 6, 11-14). Por este motivo, es condenado a la lapidación. Y san Lucas nos transmite el último discurso del santo, una síntesis de su predicación.
Como Jesús había explicado a los discípulos de Emaús que todo el Antiguo Testamento habla de Él, de su cruz y de su resurrección, de este modo, san Esteban, siguiendo la enseñanza de Jesús, lee todo el Antiguo Testamento en clave cristológica. Demuestra que el misterio de la Cruz se encuentra en el centro de la historia de la salvación narrada en el Antiguo Testamento, muestra realmente que Jesús, el crucificado y resucitado, es el punto de llegada de toda esta historia. Y demuestra, por tanto, que el culto del templo también ha concluido y que Jesús, el resucitado, es el nuevo y auténtico «templo». Precisamente este «no» al templo y a su culto provoca la condena de san Esteban, quien, en ese momento --nos dice san Lucas--, al poner la mirada en el cielo vio la gloria de Dios y a Jesús a su derecha. Y mirando al cielo, a Dios y a Jesús, san Esteban dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios» (Hechos 7, 56). Le siguió su martirio, que de hecho se conforma con la pasión del mismo Jesús, pues entrega al «Señor Jesús» su propio espíritu y reza para que el pecado de sus asesinos no les sea tenido en cuenta (Cf. Hechos 7,59-60).
El lugar del martirio de Esteban, en Jerusalén, se sitúa tradicionalmente algo más afuera de la Puerta de Damasco, en el norte, donde ahora se encuentra precisamente la iglesia de Saint- Étienne, junto a la conocida «École Biblique» de los dominicos. Al asesinato de Esteban, primer mártir de Cristo, le siguió una persecución local contra los discípulos de Jesús (Cf. Hechos 8, 1), la primera que se verificó en la historia de la Iglesia. Constituyó la oportunidad concreta que llevó al grupo de cristianos hebreo-helenistas a huir de Jerusalén y a dispersarse. Expulsados de Jerusalén, se transformaron en misioneros itinerantes. «Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra» (Hechos 8, 4). La persecución y la consiguiente dispersión se convierten en misión. El Evangelio se propagó de este modo en Samaria, en Fenicia, y e Siria, hasta llegar a la gran ciudad de Antioquía, donde, según Lucas, fue anunciado por primera vez también a los paganos (Cf. Hechos 11, 19-20) y donde resonó por primera vez el nombre de «cristianos» (Hechos 11,26).
En particular, Lucas especifica que los que lapidaron a Esteban «pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo» (Hechos 7, 58), el mismo que de perseguidor se convertiría en apóstol insigne del Evangelio. Esto significa que el joven Saulo tenía que haber escuchado la predicación de Esteban, y conocer los contenidos principales. Y San Pablo se encontraba con probabilidad entre quienes, siguiendo y escuchando este discurso, «tenían los corazones consumidos de rabia y rechinaban sus dientes contra él» (Hechos 7, 54). Podemos ver así las maravillas de la Providencia divina: Saulo, adversario empedernido de la visión de Esteban, después del encuentro con Cristo resucitado en el camino de Damasco, reanuda la interpretación cristológica del Antiguo Testamento hecha por el primer mártir, la profundiza y completa, y de este modo se convierte en el «apóstol de las gentes». La ley se cumple, enseña él, en la cruz de Cristo. Y la fe en Cristo, la comunión con el amor de Cristo, es el verdadero cumplimiento de toda la Ley. Este es el contenido de la predicación de Pablo. Él demuestra así que el Dios de Abraham se convierte en el Dios de todos. Y todos los creyentes en Cristo Jesús, como hijos de Abraham, se convierten en partícipes de las promesas. En la misión de san Pablo se cumple la visión de Esteban.
La historia de Esteban nos dice mucho. Por ejemplo, nos enseña que no hay que disociar nunca el compromiso social de la caridad del anuncio valiente de la fe. Era uno de los siete que estaban encargados sobre todo de la caridad. Pero no era posible disociar caridad de anuncio. De este modo, con la caridad, anuncia a Cristo crucificado, hasta el punto de aceptar incluso el martirio. Esta es la primera lección que podemos aprender de la figura de san Esteban: caridad y anuncio van siempre juntos.
San Esteban nos habla sobre todo de Cristo, de Cristo crucificado y resucitado como centro de la historia y de nuestra vida. Podemos comprender que la Cruz ocupa siempre un lugar central en la vida de la Iglesia y también en nuestra vida personal. En la historia de la Iglesia no faltará nunca la pasión, la persecución. Y precisamente la persecución se convierte, según la famosa fase de Tertuliano, fuente de misión para los nuevos cristianos. Cito sus palabras: «Nosotros nos multiplicamos cada vez que somos segados por vosotros: la sangre de los cristianos es una semilla» («Apologetico» 50,13: «Plures efficimur quoties metimur a vobis: semen est sanguis christianorum»). Pero también en nuestra vida la cruz, que no faltará nunca, se convierte en bendición. Y aceptando la cruz, sabiendo que se convierte y es bendición, aprendemos la alegría del cristiano, incluso en momentos de dificultad. El valor del testimonio es insustituible, pues el Evangelio lleva hacia él y de él se alimenta la Iglesia. San Esteban nos enseña a aprender estas lecciones, nos enseña a amar la Cruz, pues es el camino por el que Cristo se hace siempre presente de nuevo entre nosotros.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

LA CELEBRACIÓN DE LA LITURGIA DE LAS HORAS


(Celebración de Vísperas con el pueblo en san José de Ares)

Todos los días después de la misa de la tarde, tenemos la celebración de Vísperas en la Parroquia de san José de Ares. Dejo a continuación tres textos para la reflexión y profundización en la Liturgia de las Horas, la oración oficial de la Iglesia.

ORDENACIÓN GENERAL DE LA LITURGIA DE LAS HORAS: TÍTULO IV- LOS QUE CELEBRAN LA LITURGIA DE LAS HORAS
27. Se recomienda asimismo a los laicos, dondequiera que se reunan en asambleas de oracion, de apostolado, o por cualquier otro motivo, que reciten el Oficio de la Iglesia (103), celebrando alguna parte de la Liturgia de las Horas. Es conveniente que aprendan, en primer lugar, a adorar al Padre en espiritu de verdad (104), y que se den cuenta de que el culto publico y la oracion que celebran atane a todos los hombres y puede contribuir en considerable medida a la salvacion del mundo entero (105).

Conviene finalmente que la familia, que es como un santuario doméstico dentro de la Iglesia, no solo ore en comun, sino. que. ademas lo haga recitando algunas partes de la Liturgia de las Horas, cuando resulte oportuno, con lo que se sentira mas insertada en la Iglesia (106).


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
1175 La Liturgia de las Horas está llamada a ser la oración de todo el Pueblo de Dios. En ella, Cristo mismo "sigue ejerciendo su función sacerdotal a través de su Iglesia" (SC 83); cada uno participa en ella según su lugar propio en la Iglesia y las circunstancias de su vida: los sacerdotes en cuanto entregados al ministerio pastoral, porque son llamados a permanecer asiduos en la oración y el servicio de la Palabra (cf. SC 86 y 96; PO 5); los religiosos y religiosas por el carisma de su vida consagrada (cf SC 98); todos los fieles según sus posibilidades: "Los pastores de almas debe procurar que las Horas principales, sobre todo las Vísperas, los domingos y fiestas solemnes, se celebren en la en la Iglesia comunitariamente. Se recomienda que también los laicos recen el Oficio divino, bien con los sacerdotes o reunidos entre sí, e incluso solos" (SC 100).

CATEQUESIS JUAN PABLO II 4 ABRIL 2001
5..La oración cristiana nace, se alimenta y se desarrolla en torno al evento por excelencia de la fe: el misterio pascual de Cristo. De esta forma, por la mañana y por la tarde, al salir y al ponerse el sol, se recordaba la Pascua, el paso del Señor de la muerte a la vida. El símbolo de Cristo «luz del mundo» es la lámpara encendida durante la oración de Vísperas, que por eso se llama también lucernario. Las horas del día remiten a su vez al relato de la pasión del Señor, y la hora Tertia también a la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Por último, la oración de la noche tiene carácter escatológico, pues evoca la vigilancia recomendada por Jesús en la espera de su vuelta (cf. Mc 13,35-37).

Al hacer su oración con esta cadencia, los cristianos respondieron al mandato del Señor de «orar sin cesar» (cf. Lc 18,1; 21,36; 1 Ts 5,17; Ef 6,18), pero sin olvidar que, de algún modo, toda la vida debe convertirse en oración. A este respecto escribe Orígenes: «Ora sin cesar quien une oración a las obras y obras a la oración» (PG 11,452c).

Este horizonte en su conjunto constituye el hábitat natural del rezo de los salmos. Si se sienten y se viven así, la doxología trinitaria que corona todo salmo se transforma, para cada creyente en Cristo, en una continua inmersión, en la ola del Espíritu y en comunión con todo el pueblo de Dios, en el océano de vida y de paz en el que se halla sumergido con el bautismo, o sea, en el misterio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

martes, 23 de diciembre de 2008

NACIMIENTO DE LA SOCIEDAD CULTURAL "O TILO" DE ARES

   Un año más se ha confeccionado el Nacimiento en la Sociedad Cultural "O Tilo" de Ares, institución cuyo presidente es Ángel Bouza. Este belén tiene mucha tradición en la villa y lleva bastante trabajo en su realización. A continuación mostramos algunas imágenes de él y a uno de los chicos que trabajó en su confección.



 

lunes, 22 de diciembre de 2008

EL 28 DE DICIEMBRE CELEBRAREMOS LA MISA DE LA SAGRADA FAMILIA EN ARES


   Hay algunos que creen que defienden a la familia yendo contra todo el que no piensa como ellos o se sienten amenazados por los que la entienden de otra manera...


     Y los que buscan el modelo en la familia de Nazaret y lo plasman en su propia familia, respetando otros modos, aunque no los entiendan o compartan, pero siendo personas abiertas al diálogo y al enriquecimiento mutuo, sintiéndose siempre libres y dando testimonio de los valores familiares desde el Evangelio, en un mundo al que vemos como casa común en el que todos tenemos cabida....Por eso estáis invitados el próximo domingo a las 12 a la misa de la Sagrada Familia en Ares. No vamos a defender nada, no vamos a ir contra nadie, sólo vamos a contemplar a la Sagrada Familia para aprender de ellos y a sentirnos más unidos los unos a los otros y de manera especial a nuestras familias, y además renovaremos nuestros compromisos familiares. El testimonio de una familia unida que se quiere es lo que queremos mostrar a los demás, nada más...y nada menos....
Y para los que puedan ese día, también nuestro Arzobispo D. Julián celebrará la misa de la Sagrada Familia en la Catedral a las 6 de la tarde, a la cual invita a todas las familias de la Archidiócesis.

MISA SOLEMNE EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA EN ARES

  El pasado sábado se celebró en la Parroquia de san José de Ares la misa solemne en honor a Nuestra Señora de la Esperanza. Fue presidida por D. Bernardo Mesías Vázquez, sacerdote natural de Ares. A continuación vemos la imagen que está en la iglesia de Ares. (Fotos: María Eugenia)




  Aquí vemos el reportaje fotográfico de la misa solemne.





 En la celebración cantó el coro de Ares "Voces amigas", al cual vemos en las fotografías inferiores.


viernes, 19 de diciembre de 2008

RITO DE ADMISIÓN DE CELESTINO FERNÁNDEZ CARRO

Ayer jueves, en la Capilla del Seminario Mayor de Santiago de Compostela, nuestro Arzobispo D. Julián Barrio Barrio, presidió el Rito de admisión al Diaconado y Presbiterado de cuatro seminaristas diocesanos, entre los que se encontraba Celestino (Tino), natural de Ares. Por este motivo nos desplazamos  a Santiago varias personas de Ares. En el grupo de fotografías siguientes vemos los momentos anteriores a la partida. (Todas las fotografías: María Eugenia)



Seminario Mayor de san Martín Pinario



 En uno de los comedores del Seminario Mayor se preparó un aperitivo para todos los que participasen en la celebración



 Aquí tenemos a algunas personas del grupo de Ares llegando a la Capilla Mayor del Seminario.




Poco a poco fueron llegando los sacerdotes concelebrantes y demás ministros, revistiéndose en la entrada a la capilla.




Mientras, en el interior de la Capilla Mayor el coro del Seminario estaba preparándose para entonar los cantos litúrgicos.



 Y comenzó la celebración de la Eucaristía, donde el Arzobispo recibió el compromiso solemne de los cuatro seminaristas de seguir con su proceso formativo a fin de llegar un día a ser admitidos al ministerio ordenado. Concelebraron cerca de treinta sacerdotes. A la celebración asistieron además de los familiares y amigos de los que recibían el Rito de admisión, los alumnos del Seminario Mayor y Menor, religiosas y otras personas que quisieron estar en este momento importante de los seminaristas.







 Al término de la celebración, los cuatro seminaristas fueron efusivamente saludados por todos, y vemos también al grupo de Ares en la Capilla.




Por último, tuvo lugar un aperitivo en el comedor del Seminario.







    Los cuatro seminaristas que recibieron el Rito de Admisión. De izquierda a derecha: Fermín Santiago Iglesias, de la parroquia de san Juan de Laíño, Celestino Fernández Carro, de san José de Ares, Alberto Recarey Gómez, de san Vicente de A Baña y Orlando Crespo González, de Nuestra Señora de Fátima de Barquisimeto, en Venezuela, y en el centro D. Carlos Álvarez, Rector del Seminario Mayor.



...Y por último María Eugenia, nuestra fotógrafa voluntaria.